Propagandas televisivas y Automedicación

Me voy a referir al tema de la propaganda  televisiva  que estimula la automedicación. Esta charla esta dirigida no solo a profesionales del área de la salud  por consiguiente emplearé un léxico comprensible. Tomaremos como sinónimos los términos fárrmacos, remedios, drogas  o  medicamentos, que no lo son en la realidad.

La mayoría  de los remedios son sintomáticos, por ejemplo un antidiarreico para diarreas, un antiemético para los vómitos, un antifebril para la fiebre etc. Los únicos que  son curativos  son los antibióticos atacan al germen  e impiden su multiplicación.

La  terapéutica debe ser la culminación de  un proceso asistencial que incluye el interrogatorio, el examen físico, el  diagnóstico presuntivo y la realidad epidemiológica para poder decidir que esquema de tratamiento administrar en cada caso, luego de una selección y una jerarquización de los numerosos y cambiantes medicamentos con que contamos. NO EXISTE NINGÚN MEDICAMENTO INOCUO.

Además los remedios tienen  acciones, contraindicaciones e interacciones y precauciones que se deben tener en cuenta.

El famoso ibuprofeno que se usa como antitérmico y se presenta con distintos nombres comerciales en las propagandas televisivas, debería controlarse mucho la dosificación porque puede producir a dosis más altas toxicidad y esta contraindicado en pacientes con problemas hematológicos o que reciban otros analgésicos. Además, cuando se administra a niños las dosis varian de acuerdo al peso de los pequeños.  Sin embargo es de venta libre  e incluso se vende en quioscos. Otro antitérmico la aspirina que usábamos en forma generosa para la fiebre y los dolores tiene muchísimas contraindicaciones, produce problemas en la coagulación y síndromes hepato-tóxicos, quedó reducido su uso a indicaciones muy precisas, sin embargo es de venta libre  y se consigue  en los quioscos. Los antibióticos, todos ellos tienen contraindicaciones e interacciones  por ejemplo algunos aminoglucósidos como la  gentamicina no se deberia administrar en enfermos con insuficiencia renal o la estreptomicina que se usa en  la tuberculosis y provoca sordera.

Yo tomé al azar un medicamento: la vitamina C (el famoso redoxon) que las mamás  nos daban para  evitar los resfríos  y  aumentar las defensas. El uso de esta vitamina puede producir alergias e hipersensibilidades y  está contraindicado, en insuficientes  renales. También  tiene interacciones con antibióticos como los  aminoglucósidos, con antiácidos, anticonceptivos orales y aspirinas, todos ellos disminuyen sus  efectos. Sería tan eficaz y más barato tomar algún cítrico, por ejemplo, una naranja  en forma diaria.

Otros aspectos constituyen las vías de administración,  los intervalos y algunas situaciones especiales como la niñez, el embarazo y la lactancia. Respecto a las vías  de administración son importantísimas porque los medicamentos se deben dar cada 6, 8 o 12 horas de acuerdo la indicación de cada uno  para mantener un nivel estable en sangre.  En cuanto al tiempo de administración depende del fármaco, de la enfermedad  y es variable.

Los únicos que pueden medicar son los médicos y los odontólogos de  acuerdo a la legislación vigente.  Es indispensable para hacerlo estudiar cada órgano del organismo y sus  funciones, saber como actúan los remedios, que efectos tienen, dónde se metabolizan y dónde se eliminan.  También se requiere conocer como se deben guardar,  a que temperatura y por cuanto tiempo,  por ejemplo las vacunas en su mayoría requieren conservar “la cadena de frío”.  Por eso es importantísimo el rol del farmacéutico para la conservación  venta e indicaciones de su uso, lo mismo con la administración de genéricos. Entra en el absurdo la propaganda que dice que “si en las farmacias se venden golosinas, se deben  vender medicamentos en los quioscos”.  Los quiosqueros  no son profesionales   y no tienen la menor idea  del uso de las drogas.

También varían las vías de administración, en la mayoría se usa  la vía oral pero  existen otras  como intradérmicas, subcutáneas, endovenosas, óticas, oftalmológicas  y hasta rectales. La piel absorbe los medicamentos por ejemplo el Vick Vaporu que se usa  en forma local para el niño resfriado, en menores de 5 años puede intoxicarlo. El alcohol que se coloca también como compresas  para los dolores abdominales se absorbe y puede producir un cuadro de intoxicación alcohólica aguda.

Hay situaciones especiales,  como son  el embarazo, la lactancia y la primera infancia.  En el embarazo, toda droga pasa a la placenta y de allí  al feto, o sea es potencialmente teratógena ( productora de  malformaciones) sobre todo si se usa en el primer trimestre del embarazo. Existe una  droga que estuvo muy en boga  y se usaba como antivomitivo para las embarazadas hace unos treinta años, es la talidomida o talidomide,  y  fue aprobada en Estados Unidos, en Europa y en la Argentina. Se la utilizó mucho y  produjo una epidemia de chicos con lo que llamamos “amelias o focomelias”, nacían sin brazos o con partes de miembros y todos tenían el antecedente del consumo del fármaco. Desató una ola de juicios y se prohibió su empleo, esta situación demostró la falta de investigaciones previas a su autorización. Los demás medicamentos pueden ser patógenos en el embarazo pero nunca se pudo demostrar tan fehacientemente  causa y efecto.

El otro problema es la lactancia, toda medicación pasa a la leche materna y actúa en el recién nacido o en el lactante que mama. Por eso los profesionales debemos medicar en estas situaciones  lo mínimo posible y con un uso racional. En los niños se usan las drogas por kilo de peso y por día. Les aclaro que los pediatras (entre los que me incluyo somos los que menos medicamos, si tengo un niño con fiebre prefiero hacerle un baño térmico y si tiene tos asegurar la humedificación del ambiente para movilizar las secreciones.

El medicamento es un bien social, así como nosotros tratamos de medicar con criterio  y en dosis justas hay enfermos crónicos que deben recibir  la medicación  con riesgo de muerte o de empeoramiento de su patología como los diabéticos, los oncológicos, los epilépticos, los enfermos de SIDA, etc. Y en esos casos  hay que asegurarles la continuidad de las drogas.

Me quiero referir a las propagandas televisivas por ejemplo de la  “Buscapina Compuesta” todo médico con experiencia en guardias recuerda apendicitis aguda a las cuales se les administró este medicamento y calmó el dolor mientras el proceso se agravaba.

Otra presentación llamativa es la de un antimicótico (Empecid vaginal)  que presupone que cura todas las vulvovaginitis. Sin embargo la mayoría de vulvovaginitis  en  niñas y adolescentes no son por gérmenes ni por hongos, son por malos hábitos, usan  pantalones muy ajustados y eso les produce irritación, además la falta de higiene, y los actos exploratorios con las manos sucias. Por consiguiente tengo que enseñar  hábitos higiénicos y no medicarla. Además, la picazón  puede ser por cistitis, por parásitos como los oxiuros que  salen por la noche del ano y van a la vagina.

Otro ejemplo  televisivo que estimula la automedicación es la de una mamá resfriada que le explica a su  hija que va a guardar reposo porque no se siente bien y una voz en off dice: ”que las madres no deben guardan  reposo, se deben medicar con una mezcla de antigripales, antitérmicos, antitusígenos“ y unos cuantos  fármacos agregados que no recuerdo. Mi  abuela que no era médica pero era sabia, decía reposo y leche con miel si te pica la garganta y tenía razón. Es una barbaridad el planteo de que una persona  del “sexo femenino” por el hecho de  ser madre  y estar enferma no pueda curarse con el reposo, diría que es una propaganda sexista y machista.  Tampoco  es conveniente el empleo de una cantidad de remedios juntos cada uno con sus indicaciones  y contraindicaciones, interacciones, etc.  y  además DE VENTA LIBRE.

El uso de las drogas es resorte  exclusivo de los profesionales habilitados   y su venta debe realizarse solo en las farmacias. Las propagandas televisivas  de medicaciones se prohibiran en todos los casos, es una invitación a la automedicación y  recordemos que NINGÚN FARMACO ES INOCUO

DRA CLARA BEATRIZ GLAS

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